HUYENDO DEL PANTEON
Rodeados por infinidad de criaturas que os impedían avanzar en otra dirección, nada más abrir la puerta Norte del panteón, os lanzasteis por aquella galería a toda velocidad. El camino en un principio se presentó libre de obstáculos y enemigos, si bien el tumulto a vuestras espaldas os impedía bajar el ritmo y pensar en deteneros a descansar.
Gracias al mapa que Mentor os propició y a las marcas y señales en la galería, pudisteis orientaros y constatar que este nuevo camino no os conduciría al ágora donde tenéis vuestro asentamiento seguro, llevandos a una nueva sección inexplorada, La Ciudadela.
Avanzando durante unas horas, comenzasteis cada vez a encontrar muchísima mayor presencia de orcs y goblins. Tratando de evitar los encuentros y poder seguir avanzando de la manera más desapercibida posible, os visteis forzados a abandonar la ruta principal y desviaros por sendas y pasillos secundarios.
Apenas habéis podido dormir, permaneciendo en guardia durante un breve intervalo de tiempo en un pequeño reducto apartado que parecía seguro. Acuciados por la creciente actividad que las bestias comienzan a tener a vuestro alrededor y sin tiempo apenas de recuperar fuerzas, cansados y preocupados de veros rodeados, decidís continuar vuestra misión internandos hacia las afueras de la Ciudadela.
La ciudadela es un conjunto de construcciones, unas excavadas en la tierra, otras construidas en piedra y ladrillo, otras talladas y labradas en la roca viva que se encuentran en una gigantesca gruta natural. Fundada por Belorn, aquí los enanos vertebraron la colonia, diseñando y construyendo un original e impresionante entramado de estancias, residencias y edificios de todo tipo.
Ayudados de vuestro subterfugio y tras alguna pequeña y precisa escaramuza, conseguís ir avanzando, si bien de manera muy lenta. El ruido y la efervescencia de la actividad de los monstruos es muy notorio y cada vez mayor. Las voces, gritos y hasta el estruendo de una campana denotan que ya los orcos se están movilizando, apercibidos de que el enemigo está entre ellos y que deben aprestarse para presentar batalla. Atravesáis diversas estancias, ya fueran almacenes abandonados, residencias ruinosas, galerías semiderruidas, hasta acercaros muy cerca de la estructura central de la ciudadela. Agazapados y escrutando por donde continuar, el mago os llama la atención: el orbe está brillando, de manera tenue pero firme.
Hacia el frente se ve un contingente muy importante de enemigos. Hacia la izquierda se os presenta una vía de salida. Hacia la derecha un gran torreón os llama la atención…
Amigos, la aventura continúa el viernes 31 de enero, a las 17:00 empezando, ya sabéis. Cuando llegue esa semana me confirmáis presencia, por favor.