“El Vigia dio la voz de alarma. Era la niebla de sangre, que aún quedaba en algún sitio de la región, la que provocaba esa alarma. Parecía que se movía hacia nosotros, ¿pero eso puede ser? No había nada de viento y aún así la niebla se acercaba, como si algo la moviera. Y todos sabían lo que significaba quedarse dentro de la niebla, la muerte casi segura. Así que todo el mundo empezó a correr. Los aventureros mantuvieron la sangre fría, ayudaron a los que pudieron, es decir, a cuatro de vosotros y se alejaron rápidamente de allí. Ellos estaban mejor alimentados y más en forma, así que no les pudimos seguir el ritmo. Aunque hubiera dado igual, porque todos corrimos como pollo sin cabeza. A mi me alcanzo esa niebla de sangre. Y fue entonces cuando lo sentí, la añoranza del pueblo que nos habían quemado. ¿Por qué nos lo habían quemado? ¿Que habíamos hecho nosotros para merecer tal castigo? Esa y otras preguntas me asaltaron de repente. Pero a mi me llaman la optimista por una razón y este era el momento de hacer honor a mi apodo. Con un par de movimientos de cabeza, aparte esos pensamientos y seguí corriendo, no se muy bien hacia donde. Pero conseguí salir de esa niebla roja como la sangre. Varios segundos mas tarde, aparecieron Pasinder y Brynde. Por lo visto me habían escuchado hablar en voz alta y habían seguido mi voz. No me acuerdo de eso. Según me dijeron después, grite maldiciones hacia los que habían quemado nuestro pueblo y de seguido cante nuestro himno sin parar.
Allí estábamos, vivos contra toda esperanza, según Pasinder y Brynde gracias a mi optimismo. Nos alejamos hasta un lugar seguro y esperamos por si salia alguien mas. De vez en cuando, los llamábamos. Pero no vimos a nadie, al menos por nuestra zona. Quizás hayan salido por otro lado – me dice mi cabeza, otra vez movida por el optimismo. Si lo hemos hecho nosotros, alguien mas lo habrá conseguido. La única referencia que tenemos son unas montañas, creo que las mismas que veíamos a nuestra derecha cuando estábamos con los aventureros. Quizás ellos hayan ido hacia allí, pero mi cabeza me dice que aun no es el momento, tenemos que pensar en los demás. Así que consigo convencer a los otros para buscar a nuestros paisanos, ya tendremos tiempo de ir hacia las montañas. Y en esas estamos...”
Extracto del diario de Nirmena la optimista.
Después del viaje un tanto accidentado, nuestros aventureros continuaran próximamente con su objetivo de liberar a un pequeño pueblecito de la presencia de un Roc.