Capítulo 4 – La Espesura
Nadie quiere ir a la Espesura. Nadie va a la Espesura. La Furia pronto descubrió porqué. Tras un par de días de viaje, el grupo hace noche en la linde de la Espesura. A la mañana siguiente inician su internada. Según se adentran en este denso bosque húmedo y agobiante, comienzan a sentirse observados. Los ruidos de animales se mezclan con otros sonidos, y el agotamiento empieza a hacer mella. Horas después empiezan a ver alguna criatura que le les acerca, pero no hacen nada. Sin embargo, cada vez hay más.
Llegados a cierto punto necesitan descansar y montan un pequeño campamento. Aquí empiezan los problemas. Cuando empiezan a coger el sueño, estas criaturas desconocidas les asaltan. Un grupo pequeño de ellas, lo suficiente para no dejarles dormir. Y es un proceso que se repite durante toda la noche: estas raras criaturas de aspecto canino (a las que el intrépido mago Bumbalar ha hecho un análisis forense) no parecen tener órganos internos, son macizos en todo su interior salvo en las fauces y en los tentáculos que pueblan sus cabezas.
Con la llegada del alba, la Furia no ha podido descansar, están agotados y el único que se ha abstraído del combate ha sido el propio mago que está concentrándose en terminar de estudiar un nuevo conjuro que cree que les permitirá descansar a salvo. Como las oleadas son cada vez mayores, esperan a que acabe una para ponerse en marcha. Llegan a lo que parecen las ruinas de un pueblo abandonado y allí conocen a una extraña niña que parece vivir allí. No sabe hablar por lo que se comunican con ella mediante gestos e interpretando las danzas de la chiquilla. Al parecer le gusta el nombre de Lizari, y se siente más cómoda cerca de Ezra y de Neila. No le gusta mucho la compañía de Bumbalar.
Finalmente, el mago logra lanzar el conjuro de protección y todos pueden descansar sin ser molestados, ya que nadie puede entrar en el círculo. Pero las criaturas se van arremolinando a lo largo de la tarde y, para cuando el conjuro está llegando a su fin, decenas de ellas rodean a los miembros de la Furia. De entre todas las criaturas emerge una figura extraña: tiene un aspecto humanoide y femenino, pero claramente comparte muchos rasgos físicos con estas criaturas…