Tras el largo viaje por el pantano y el encuentro con el "entierro" del pobre Jeremiah, nuestros aventureros fueron a solicitar alojamiento en la La Posada de la Luna LLena. Una formidable tormenta seguía formándose en el cielo amenazando con romper sobre el pueblo con la furia de los 7 infiernos, pero de momento no...
La posada regentada por una familia del pueblo tenía solamente ocupada una habitación por Duncan d'Lute, un agente de negocios de Port E'lhour, y los aventureros fueron albergados allí.
Tras ello decidieron darse un paseo por la ciudad y entraron en contacto con el sacerdote del pueblo, el herrero, etc y entre las diversas informaciones que obtuvieron, encontraron que en los últimos tiempos (más o menos un mes) habían fallecido de forma repentina 9 habitantes del pueblo, que se volvían zombis al poco de fallecer y de ahí que los ataúdes se enterraran sellados.
Además de las muertes repentinas, también descubrieron que habían desaparecido varias personas del pueblo entre ellas la hija de Jordi el herrero y de Fiora, una habitante del pueblo (estos dos trabajaban en la plantación Tarascon)
Nuestros aventureros se dividieron por el pueblo hablando e investigando tanto el pueblo como la plantación y vieron que en la plantación todo salvo la cocina y el comedor estaba en desuso. En la casa de los Tarascon en el pueblo, tampoco consiguieron encontrar al propietario (Jean) y se retiraron a descansar.
Una de las camareras, con especial atención en nuestras aventureras, los comentó que una de las noches en las que falleció uno de los pueblerinos, notó un olor muy fuerte como a carne podrida pero no vio nada. Éste desgraciado se levantó como un muerto viviente a las pocas horas de fenecer, asustando a todo el pueblo.
La mañana siguiente, volvieron a investigar los alrededores y encontraron que el alguacil Gremin se hallaba en lo que parecía la escena de un crimen en la que lo único que encontraron fue un trozo de regaliz rojo en el centro de un charco de sangre y se ofrecieron a ayudar al alguacil. En la entrevista con el sacerdote Brucian, notaron que a pesar de que parecía que contaba la verdad, les estaba ocultando cosas,dándoles informaciones contrapuestas y afirmó que conocía a Luc y que le llevaba comida y agua fresca a la casa del lago.
Se entrevistaron también con un tal Mordu, que les recibió con los brazos abiertos y que estaba convencido de que todos los males estaban provocados por un grupo de sectarios que adoran a un dios del pantano y que confirmaba que estaba estudiándolos. Les ofreció regaliz rojo (como el de la escena del crimen) y dijo que se vendía en el Almacén General. Con la sospecha entre las manos, obtuvieron la información de que los mayores compradores de este regaliz rojo eran Mordu, Jean T'arascon, así como los niños de la aldea. Las dudas seguían afectándoles y se encontraban algo perdidos.
Cuando hablaron con Fiora sobre Theresa, su hija desaparecida, les comentó que por las noches juraría que escuchaba a su hija llamándole por lo que el clérigo y la cazadora de brujas, decidieron que iban a pasar allí la noche. Ella está totalmente convencida de que hay comedores de carne putrefacta, robando cadáveres en el cementerio y atacando a los habitantes de Marais de T'arascon
Mientras estaban cenando, todos los que se encontraban en la taberna, notaron un fuerte hedor como a carne podrida y varios de los clientes (incluidos la cazadora, el guerrero enano y el gnomo) comenzaron a vomitar y quedar incapacitados por las naúseas. De pronto, un grito es oído proviniendo de las habitaciones y el resto de aventureros corren escaleras arriba para encontrarse como se transformaba en zombi Duncan. Nuestros aventureros pusieron a descansar eternamente a Duncan no sin antes sentir el gélido toque de las garras del zombi en la piel del clérigo, aunque el rival no fue nada para los bravos héroes.
Uno de nuestros héroes corrió hacia el exterior de la casa y encontró en la puerta de atrás un rastro de trozos de carne putrefacta que se dirigía hacia la plantación, por lo que los restantes héroes que no iban a quedarse con Fiora, se dirigieron hacia la plantación.
En la profundidad de la noche, nuestros aventureros se dirigieron hacia la plantación, y cuando se encontraban en los alrededores vieron las tenues luces de unas velas escapando por las ventanas de la planta baja de la mansión y cuando se asomaron por ella, la visión no pudo ser más terrorífica: un grupo de necrófagos ataviados con los uniformes de los sirvientes de la casa T'arascon, se disponían a disfrutar de una grotesca cena: los restos frescos de un hombre muerto.
De pronto, unos ojos rojos como el fuego encontraron los ojos de nuestros protagonistas y los ghouls saltaron hacia la ventana para cazar a la que sería su próxima cena. Nuestro gnomo lanzó un conjuro de manos ardientes que abrasó gran parte de la carne y pelo de las sanguinarias bestias que enfurecidas por el dolor, comenzaron a asestar golpes a nuestros héroes dejando antes de caer inertes en el suelo a varios de nuestros protagonistas paralizados en el proceso. Por poco, pero esta vez, consiguieron sobrevivir.
Entre los restos calcinados y sanguinolientos de uno de los ghoules, encontraron una pulsera con el nombre de Theresa escrito en su interior..... esta noche a Fiora, nadie la llamó en la noche....
Continuará....